"Un enemigo es todo lo que obstaculiza la realización de tu potencial. Puede ser cualquier cosa. Tu vanidad, por ejemplo. O pueden ser tus demonios."
Esta frase, aunque esté de acuerdo con ella, no es mía. La ha dicho Bono, el cantante de U2. Es uno de mis mejores amigos. Él no lo sabe, obviamente, pero lo tengo incluído en esta estimada categoría porque sería capaz de asociar cualquier estado de ánimo que haya tenido en los últimos 20 años con cualquiera de sus canciones. Y pudiera, si me lo propusiera, ponerle su voz y su música a todos los momentos relevantes (que no siempre importantes) de mi existencia. Últimamente lo tengo muy abandonado.Prometo volver a "llamarlo".
Su frase me ha gustado, porque no tengo ganas últimamente de demasiadas profundidades ni de análisis (estaré volviéndome "normal"?). Pero aún así, me ha hecho pensar en mis enemigos más profundos.
¿La vanidad? No. Yo no soy vanidosa. Ójala y lo fuera. La vanidad puede ser cargante para los demás, pero para el que la "gasta" se convierte en una especie de modus vivendi. Los vanidosos desprenden un halo de seguridad que envidio. Aunque sea postiza.
La vanidad no sería un enemigo para mí. Los ENEMIGOS que realmente hacen daño (por lo menos a mí) son, por ejemplo, la inseguridad, la autoestima (que me abandona cuando más la necesito...aunque últimamente la tengo muy a raya, vaya que si la tengo...), la garganta, el peligro, el dolor físico (porque el otro dolor me lo curo con música), la soledad cuando no me apetece estar sola, la gente cuando solo quieres soledad, el amor postizo, las miradas falsas, las tardes de sol esas que por narices tienes que disfrutar(las odio), las cenas multitudinarias (donde me convierto en Lucy la de los diminutos y al final consigo que nadie me vea ni me oiga), los maleducados y dañinos "sinceros"(lejos, lejos, lejos...la sinceridad es otra cosa)...
Podría seguir, pero me voy a la ducha.
No sé si conocéis esta canción:
http://www.youtube.com/watch?v=xHF7lkhy8ss