
NEUTRAL: Que no se inclina por ninguna de las partes o alternativas que se oponen en una confrontación.
HIPÓCRITA: Fingimiento de los sentimientos, ideas y cualidades, generalmente positivos, contrarios a los que se experimentan.
Así, al primer vistazo, no se parecen las definiciones de estos dos adjetivos, pero bien pensado, creo que se acercan muy peligrosamente. Y es muy fácil confundirlas.
Y pienso esto por una sencilla razón: porque nadie, bajo ningún concepto, se puede mantener SIEMPRE neutral. Y digo siempre, porque si bien hay ocasiones en que no te puedes decantar por un lado u otro (por ejemplo, en temas deportivos, en un conflicto concreto...), creo que no hay nadie que tenga la capacidad de no "mojarse" nunca cuando hay una discusión o una confrontación. Y si lo hace, no me queda más remedio que acordarme de la hipocresía. La veo la única salvación, porque todo el mundo tenemos una opinión de algo. Todo el mundo. Y si no la damos puede ser por las siguientes razones:
- Porque nos callan la boca tácitamente.
- Porque no nos gustan los problemas.
- Porque te gusta quedar bien con todo el mundo.
- Porque te toca las narices todo directamente (no creo).
- ...
Es fácil volverse hipócrita o, por lo menos, parecerlo.
(Todo este tema surgió ayer, hablando con mi compañera y amiga Ana, sobre ciertos compañeros nuestros. En los claustros y reuniones de empresa, están de acuerdo con todo y no rechistan, pero luego sale humo de los pasillos, porque como digo, en el fondo todo el mundo tiene su opinión).
Y en el resto de las cosas de la vida pasa igual. Si yo hubiera dado mi opinión sobre casos y cosas, situaciones y muchas tontás que he visto y oído, puede ser que mi historia se hubiera escrito hasta de otra manera, fíjate!
Nunca es tarde si la dicha es buena.