¿Quién o qué es lo se te viene a la memoria exactamente dos o tres segundos antes de empezar a engullir uvas delante de la tele y del reloj de la Puerta del Sol?
A parte de venirse a la memoria mi padre, con el que hace 10 años que no me tomo las uvas y de acordarme de la tos que le daba y que lloraba de alegría porque estábamos todos a su alrededor, a parte de eso, no sé qué leche tiene ese momento estelar, que me sobrecoge de tal manera que hasta miedo me da, oye.
Noto como una especie de emoción, pena, alegría, miedo, ganas de estar, ganas de no estar, ganas de hablar con quien está lejos...vamos...un "tó junto" que dicen por aquí.
Es como cuando estás a punto de coger un avión. Que te apetece hablar con alguien y no sabes con quién. Que vas a apagar el teléfono y que cuando lo enciendas estarás en otro sitio donde habrá desaparecido esa euforia que tenías momentos antes en la puerta de embarque.
El símil puede parecer retorcido, pero así soy yo! Para comparar el momento de las doce uvas con tomar un avión, se necesita estar un poco más pa´llá que pa´cá...
En fin, que me apetecía "vomitar" este despróposito y así me voy a la ducha, canto un rato, me visto de árbol de Navidad y me voy a comprar regalos y despejar esta cabezota que me pusieron cuando nací.
FELIZ AÑO, COMPAÑEROS DE FATIGAS!!!!!!!!!!
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