
Me acuerdo perfectamente cuando empecé a utilizar el messenger.
Era un mundo lleno de color, emoción y fantasía. Jooooooooooder, poder hablar con alguien en tiempo real, sin que te cueste un duro y mandarte fotos, archivos, música...
Al principio tenía doce mil millones de contactos y el conectarte era una especie de orgía de conversaciones, que alguien se ha conectado, que alguien te ha mandado un timbrazo, que si no se quién quiere que lo aceptes...
Peeeeeeeeeero amigos, el Facebook, el Twitter, el What's up y otro buen montoncito de nuevos tipos de comunicaciones, han dejado el messenger casi obsoleto.
En mi caso, ya casi no tengo contactos, la mitad de los que tengo nunca se conectan y, al final, me resulta más cómodo comunicarme de otra manera que esperar a que Fulanita termine de planchar o venga de trabajar mientras que yo espero delante de una pantalla en blanco esperando el famoso "tilín" que me avise que ya no estoy sola.
Pero tenía su encanto, eh???